sábado, 26 de enero de 2013

Casas Reales Soberanas de Italia

En la línea de Títulos Nobiliarios Italianos en las diferentes Casas Reales de Italia. En esta ocasión nos referimos a los Títulos Nobiliarios Italianos del Reino de Sicilia, dinastías de Altavilla(1130-1194) y de Hohenstaufen (1194-1266).
Blasón de la Casa de Altavilla
Así, continuando con el artículo anterior (Títulos Nobiliarios en Italia), seguimos tratando del tema de las Casas Reales Soberanas existentes en Italia hasta su unificación en 1861 bajo la Dinastía de Saboya, como Reino de Italia, y que perduraría hasta la proclamación de la República el 18 de junio de 1946, así como de los diferentes títulos nobiliarios italianos propios de cada una de ellas.
El Reino de Sicilia fue constituido en 1130, asumiendo la Corona Roger II de Altavilla, con la aquiescencia del Antipapa Anacleto II. Su territorio no abarcaba solamente la isla de Sicilia sino también las regiones meridionales de la Península Itálica, como Calabria, Campania, Apulia y Basilicata. La de Altavilla era una Dinastía originaria de Normandía, cuyo solar radicaba en Hauteville, en la península de Cotentin, de donde procedía su fundador Tancredo de Altavilla. Uno de sus hijos fue el antedicho Roger, quien emprendió la conquista de los territorios sicilianos que entonces se encontraban en manos del Imperio Bizantino.
Los títulos nobiliarios italianos instituidos por los Soberanos de la Casa de Altavilla fueron un reflejo de los títulos nobiliarios del sistema feudal que imperaba entonces en Francia. Nos estamos refiriendo a los de origen franco y carolingio, en primera instancia, que posteriormente pasaron al Sacro Imperio Romano a partir del año 800. Los más habituales eran los de Señor y de Barón, acompañados de privilegios feudales y facultades gubernativas, fiscales, y jurisdiccionales en ámbitos más o menos reducidos, habitualmente por concesión regia. Las instituciones feudales y vasalláticas proliferaban hasta nutrir un sistema feudal cuyo núcleo lo constituían un conjunto de usos consuetudinarios y regulaciones contractuales que conformaban un sofisticado corpus iuris de Derecho privado. El elemento feudal, vinculando la titularidad dominical sobre los feudos a la posesión y, ciertamente, propiedad de estos títulos nobiliarios italianos, se hallaba omnipresente en estas dignidades nobiliarias.
Enrique VI de Hohenstaufen, Sacro Emperador Romano y Rey de Sicilia

A partir de 1194 se produjo la entronización de una nueva Casa Real Soberana en el Reino de Sicilia. Se trataba de la de Hohenstaufen, oriunda de Suabia, en Alemania, que en 1138 ciñó la Corona del Sacro Imperio Romano en la persona de Conrado III. Tras el fallecimiento de Guillermo II de Sicilia, de la Casa de Altavilla, sin descendencia, Enrique VI de Hohenstaufen, casado con Constanza de Sicilia, hermana de Roger II de Altavilla, reclama el trono. El Pontífice Clemente III muestra su disconformidad, preocupado por la influencia y posesiones pontificias en el Reino ante la eventual entronización de los Hohenstaufen. No obstante, Enrique se hará coronar Rey de Sicilia en Palermo el día de Navidad de 1194. Los Hohenstaufen se mantendrán en el trono siciliano hasta 1266.
En esta época, los Títulos Nobiliarios Italianos no difieren apenas de los que ya hemos comentado del Sacro Imperio Romano, que se encuentra gobernado igualmente por los Hohenstaufen, con ciertas peculiaridades propias del Derecho germánico y de los usos consuetudinarios de Suabia, tales como la en ocasiones marcada pertenencia por vínculos de sangre a los grupos gentilicios, transmitiéndose los títulos nobiliarios en razón de la titularidad dominical sobre el feudo pero bajo la condición de que el sucesor forme parte del grupo gentilicio. Se trata de una manifestación característica de las primitivas tribus germánicas que ya data de la época prerromana y que continuó en vigor al correr de los siglos.

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