sábado, 26 de enero de 2013

Titulos nobiliarios en Italia

La Italia de hoy estuvo históricamente conformada por una multitud de estados independientes hasta su unificación, relativamente reciente en 1861, bajo el reinado de la Casa Real de Saboya. Incluso, fue una constante en la historia italiana que determinados reinos o territorios estuviesen hasta el siglo XIX bajo la soberanía de potencias extranjeras, como el Imperio Austríaco. Intentaremos dar un bosquejo de las diferentes casas reales soberanas que han existido en Italia hasta el año 1946, en que fue proclamada la actual República, siempre desde el punto de vista de los títulos nobiliarios italianos.
Títulos Nobiliarios en Italia
Por lo que se refiere al Sacro Imperio Romano en Italia, sus títulos nobiliarios italianos tienen su fundamento en la nueva proclamación del Imperio por Carlomagno, coronado Emperador en Roma el día de Navidad del año 800 por el Pontífice León III. En un primer momento, el territorio del Imperio se encontraba dividido en Ducados, a cuyo frente se encontraban los respectivos Duques, a quienes correspondía el ejercicio de las funciones públicas gubernativas, administrativas, militares, jurisdiccionales y fiscales.
Estos Ducados se dividían, a su vez, en Condados, dirigidos por Condes, con competencias similares en el ámbito de sus Condados. Por otro lado, en las fronteras del Imperio las demarcaciones territoriales recibieron el nombre de Marcas, siendo gobernadas y administradas por Marqueses, en condiciones parecidas a los Ducados y Condados. Todos estos Duques, Condes y Marqueses eran títulos nobiliarios del Imperio, y los que se encontraban en Italia constituyen los orígenes de muchos actuales títulos nobiliarios italianos.
Al principio, los Duques, Condes y Marqueses que hemos mencionado ejercían sus competencias territoriales por delegación del Emperador. Pero tras una Capitular de Carlos el Calvo, dada en Quierzy el 14 de junio del año 877, posibilitó la transmisión hereditaria de dichos títulos nobiliarios a los hijos de sus titulares, bajo la única condición de la necesidad de ser investido por el Emperador. A partir de este momento, con esta doble condición de oficiales públicos y títulos hereditarios, irá conformándose legal y consuetudinariamente el régimen jurídico del feudalismo sobre el que irá desarrollándose la primitiva nobiliaria imperial en los siglos sucesivos.
Así, se llegó a la situación en la que los títulos nobiliarios italianos del sistema del Sacro Imperio Romano de clasificaban, esencialmente, en dos categorías: los de la Nobleza del Imperio, que eran vasallos del Emperador; y los de las diferentes Noblezas locales, vasallos a su vez de los anteriores vasallos imperiales. En la Nobleza del Imperio en general y, en Italia en particular, existían los siguientes títulos nobiliarios en Italia:
  • Príncipes: a los que correspondía en exclusiva el derecho de voto en la Dieta del Imperio.
  • Condes Palatinos: estos títulos nobiliarios podían ser temporales o perpetuos, con carácter transmisible. Sus facultades eran más o menos amplias en función de si eran incluidos en las denominadas Comitiva Menor o Mayor. En el primer caso, sus poderes no eran demasiado destacables. Pero en el caso de formar parte de la Comitiva Mayor, gozaban de algunos privilegios legislativos y premiales por delegación imperial.
  • Condes.
  • Barones.
  • Nobles y Caballeros: que constituían el grupo más bajo de la Nobleza del Imperio.
Tras la unificación italiana, producida en 1861, estas dignidades nobiliarias fueron reconocidas por el artículo 79 del Estatuto Albertino como auténticos títulos nobiliarios italianos.

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